domingo, 9 de agosto de 2009

Más terapia literaria

Parece como si últimamente me persiguiese, en los textos que leo, el papel terapéutico de la literatura.

Lo observé en la novela 'El mundo' de Juan José Millás y lo traje a este blog en el artículo El bisturí.

Lo creí percibir, no obvio, pero sí como una motivación entre líneas, en los versos de Idea Vilariño y lo propuse como una explicación en el artículo Renuncia.

Y ahora, se me aparece de nuevo, muy explícito, en un poema de Carlos Marzal. El título ya no deja lugar a dudas. Se titula 'Sanación'. Este es el poema:

"Me curo de vivir en lo que escribo
y en lo que vivo sano de escribir.
Son dos fervores
y una misma dolencia.
Me prescribo palabras
                                      mi narcótico:
sin ellas, mi no-mismo
                                      está enfermo de mí.

La alegría, si no escribo alegría, no es perfecta,
y cuando ya lo he escrito, se me brinda
la realidad, alegre, para el brindis.
Parece, por tan pura,
pura superstición pero yo expío
no sé bien nunca qué,
                                      pago una deuda
que contraje en mis sueños.
                                      Soy dichoso,
con la dicha infantil del absoluto,
si el ángel de un poema se me anuncia.

Cuando llegan las nubes me repito:
no han llegado las nubes. Y no llegan.
Cuando busco la lluvia, me aconsejo:
la luvia ya está aquí, y aunque no llueve
me mojo con la lluvia.
                                      Me persuado
de que cumplo en mi vida, con la vida,
si advienen las palabras.

Se vive de ilusión.

Curo con tal que escriba que me curo.

Mi no-mismo y mi yo son mis ilusos.
"

No hay comentarios: